5/11/12

Tendencias que no hay que perderse en bibliotecas públicas




Entre el 21 y el 26 de junio de 2012 se ha celebrado el Congreso Anual de la ALA en Anaheim, California. De los principales contenidos hemos ido recogiendo estos días varias noticias en Lectura Lab. A través de ellas se observa que está teniendo lugar la definición del nuevo ecosistema bibliotecario digital y cómo se están enfocando en esa dirección una buena parte de los esfuerzos de los bibliotecarios estadounidenses. Veamos a continuación algunas de las tendencias que nos llegan estos días desde esa parte del mundo.
 
Nuevos modelos de préstamo de libros electrónicos son posibles
La mayor parte de las bibliotecas norteamericanas que ofrecen servicio de préstamo de libros electrónicos —hablamos de documentos, no de dispositivos— lo hacen a través de distribuidores que actúan como intermediarios entre el editor y la biblioteca y basándose en un sistema de alquiler. Sin embargo, experiencias como las de las Bibliotecas del Condado de Douglas, pionera en este modelo, o las Bibliotecas de California, que han comunicado su trabajo en esta dirección, demuestran que son posibles nuevos modelos más ventajosos para las bibliotecas. En este mismo sentido, la compañía Bibliotheca ha anunciado que trabaja en nuevos servicios, disponibles a partir de 2013, para bibliotecas que quieran seguir el modelo de propiedad.
 
Estructuras nacionales para el préstamo de libros electrónicos en las bibliotecas
El esfuerzo que supone para cada biblioteca o sistema bibliotecario, individualmente, la puesta en marcha del servicio de préstamo de libros electrónicos puede ahorrarse con la creación de una plataforma única a nivel nacional. De esta forma, es también posible negociar precios mucho más ventajosos por el volumen de negocio que suponen. El Consejo de Bibliotecas Urbanas de Canadá está trabajando en la construcción de una infraestructura de almacenamiento y distribución de contenidos digitales. Son varias las voces que, como las bibliotecas de EE.UU. y Canadá, promueven las ventajas de este tipo de iniciativas.
 
Bibliotecas que dibujan su propio futuro
Así lo ha recomendado recientemente Peter Brantley, director del proyecto Bookserver del Internet Archive, quien ha urgido a los bibliotecarios a participar activamente en el diseño del paisaje digital, según señala Michael Kelley en el blog The Digital Shift. Y precisamente así lo han hecho las bibliotecas del Condado de Douglas, anteriormente mencionadas, que han conseguido ser propietarias del 41 por ciento de su colección digital negociando directamente con los editores y han iniciado así un nuevo modelo más ventajoso. 
 
El futuro de las bibliotecas será también digital e independiente de formatos
Y lo demuestra la presentación de servicios que no solo tienen en cuenta el préstamo de libros electrónicos. Fregal es un servicio para el préstamo de música en mp3 en bibliotecas que funciona a través de sendas aplicaciones disponibles en iTunes y Google Play. El usuario debe introducir el código de su carnet de biblioteca para poder utilizarlo.
 
En esta misma línea de préstamo de contenidos digitales, el distribuidor de cómics iVerse ha lanzado recientemente ComicPlus, una app para bibliotecas  que funciona con un sistema de pago por circulación, evitando así que las bibliotecas tengan que comprar varias copias para permitir el préstamo simultáneo. En julio comenzará a ser probado por varias bibliotecas estadounidenses.
 
Lo local como valor de diferenciación en el ámbito digital
Si algo nos diferencia de los demás es lo local, lo que tenemos a nuestro alcance. Así, la extensión de lazos con los agentes de nuestro entorno puede aportar un valor único a nuestra oferta de servicios. En ello se basa el Local Music Project de la Biblioteca de la Ciudad de Iowa, que ofrece a los usuarios de la biblioteca el acceso gratuito a música de las bandas de la ciudad.
 
Entre interrogantes
Teniendo en cuenta que en las bibliotecas públicas de España se dibuja igualmente un nuevo orden digital que está dando ahora sus primeros pasos, y si partimos de lo que está sucediendo en los Estados Unidos, se abren varios interrogantes que pueden servirnos a modo de reflexión o para iniciar el debate. ¿Sería posible un modelo de propiedad de los documentos?
 
Teniendo en cuenta la estructura administrativa de nuestro país, ¿sería posible una estructura nacional de préstamo de contenidos digitales? ¿O quizás debemos hablar de una por cada comunidad autónoma? ¿Estamos actuando los bibliotecarios activamente con respecto al entorno digital y de qué manera? Cuando hablamos del entorno digital en bibliotecas, ¿seguimos pensando en libros o incluimos también música, películas, prensa y cómics? ¿Qué valor tiene lo local en el entorno digital para nosotros? Se admiten más preguntas. Se admiten respuestas.

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