Entre el 21 y el 26 de junio de 2012 se ha celebrado el Congreso Anual de la ALA en Anaheim,
California. De los principales contenidos hemos ido recogiendo estos días varias
noticias en Lectura Lab. A través de ellas
se observa que está teniendo lugar la definición del nuevo ecosistema
bibliotecario digital y cómo se están enfocando en esa dirección una buena parte
de los esfuerzos de los bibliotecarios estadounidenses. Veamos a continuación
algunas de las tendencias que nos llegan estos días desde esa parte del
mundo.
Nuevos modelos de préstamo de libros electrónicos son posibles
La mayor parte de las bibliotecas norteamericanas que ofrecen servicio de
préstamo de libros electrónicos —hablamos de documentos, no de dispositivos— lo
hacen a través de distribuidores que actúan como intermediarios entre el editor
y la biblioteca y basándose en un sistema de alquiler. Sin embargo, experiencias
como las de las Bibliotecas del
Condado de Douglas, pionera en este modelo, o las Bibliotecas de California, que han comunicado su
trabajo en esta dirección, demuestran que son posibles nuevos modelos más
ventajosos para las bibliotecas. En este mismo sentido, la compañía
Bibliotheca ha
anunciado que trabaja en nuevos servicios, disponibles a partir de 2013,
para bibliotecas que quieran seguir el modelo de propiedad.
Estructuras nacionales para el préstamo de libros electrónicos en las
bibliotecas
El esfuerzo que supone para cada biblioteca o sistema bibliotecario,
individualmente, la puesta en marcha del servicio de préstamo de libros
electrónicos puede ahorrarse con la creación de una plataforma única a nivel
nacional. De esta forma, es también posible negociar precios mucho más
ventajosos por el volumen de negocio que suponen. El Consejo de Bibliotecas Urbanas de Canadá está
trabajando en la construcción de una infraestructura de almacenamiento y
distribución de contenidos digitales. Son varias las voces que, como las
bibliotecas de EE.UU. y Canadá, promueven las ventajas de este tipo de
iniciativas.
Bibliotecas que dibujan su propio futuro
Así lo ha recomendado recientemente Peter Brantley, director del proyecto
Bookserver del
Internet Archive, quien ha urgido a los bibliotecarios a participar activamente
en el diseño del paisaje digital, según señala Michael
Kelley en el blog The Digital Shift. Y precisamente así lo han hecho
las bibliotecas del Condado de Douglas, anteriormente mencionadas, que han
conseguido ser propietarias del 41 por ciento de su colección digital negociando
directamente con los editores y han iniciado así un nuevo modelo más
ventajoso.
El futuro de las bibliotecas será también digital e independiente de
formatos
Y lo demuestra la presentación de servicios que no solo tienen en cuenta el
préstamo de libros electrónicos. Fregal es un servicio para
el préstamo de música en mp3 en bibliotecas que funciona a través de sendas
aplicaciones disponibles en iTunes y Google Play. El usuario debe introducir el
código de su carnet de biblioteca para poder utilizarlo.
En esta misma línea de préstamo de contenidos digitales, el distribuidor de
cómics iVerse ha lanzado recientemente ComicPlus, una app para bibliotecas que funciona
con un sistema de pago por circulación, evitando así que las bibliotecas tengan
que comprar varias copias para permitir el préstamo simultáneo. En julio
comenzará a ser probado por varias bibliotecas estadounidenses.
Lo local como valor de diferenciación en el ámbito digital
Si algo nos diferencia de los demás es lo local, lo que tenemos a nuestro
alcance. Así, la extensión de lazos con los agentes de nuestro entorno puede
aportar un valor único a nuestra oferta de servicios. En ello se basa el Local Music Project de la Biblioteca de la
Ciudad de Iowa, que ofrece a los usuarios de la biblioteca el acceso gratuito a
música de las bandas de la ciudad.
Entre interrogantes
Teniendo en cuenta que en las bibliotecas públicas de España se dibuja
igualmente un nuevo orden digital que está dando ahora sus primeros pasos, y si
partimos de lo que está sucediendo en los Estados Unidos, se abren varios
interrogantes que pueden servirnos a modo de reflexión o para iniciar el debate.
¿Sería posible un modelo de propiedad de los documentos?
Teniendo en cuenta la estructura administrativa de nuestro país, ¿sería
posible una estructura nacional de préstamo de contenidos digitales? ¿O quizás
debemos hablar de una por cada comunidad autónoma? ¿Estamos actuando los
bibliotecarios activamente con respecto al entorno digital y de qué manera?
Cuando hablamos del entorno digital en bibliotecas, ¿seguimos pensando en libros
o incluimos también música, películas, prensa y cómics? ¿Qué valor tiene lo
local en el entorno digital para nosotros? Se admiten más preguntas. Se admiten
respuestas.
Vía, Blog de la FGSR